Qué vanidad imaginar
que puedo darte todo,
el amor y la dicha,
itinerarios, música, juguetes.
Es cierto que es así:
todo lo mío te lo doy, es cierto.
Pero todo lo mío no te basta,
como a mí no me basta,
que me des todo lo tuyo.
Por eso no seremos nunca
la pareja perfecta, la tarjeta postal;
si no somos capaces de aceptar
que solo en la aritmética
el dos nace del uno más el uno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario