sábado, 5 de septiembre de 2015

Estractos #1

101-
Un dedo aquí, otro mas allá, otro encima, otro debajo. La caricia la penetraba despacio desde otro plano. La hora del lujo, del surplus, morderse despacio, buscar el contacto con delicadeza de exploración, con titubeos fingidos, apoyar la punta de la lengua contra una piel, clavar lentamente una uña, murmurar, coucher 19h.24, Saint Ferdinand. Pola levantó un poco la cabeza y miró a Horacio que tenía los ojos cerrados [...].
Lo único consolador a esa hora era el silencio, quedarse así uno contra otro, oyendosé respirar, viajando de cuando en cuando con un pie o una mano hasta el otro cuerpo, emprendiendo blandos itinerarios sin consecuencias, restos de caricias perdidas en la cama, en el aire, espectros de besos, menudas larvas de perfume o de costumbre.

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